Fui expulsada de un cielo, fue condenada a caminar entre los humanos, me dijeron que aquí encontraría la redención a mis pecados. Vaya bromita que me jugaron, si estas personas están mas hundidas en la perdición que yo, mi pecado fue dudar de las palabras de aquel supuesto dios misericordioso y los de ellos van mas allá de lo que conozco o conocía.
Estando entre ellos me sentí perdida, confundida, donde debía empezar?, quien me ayudaría?. Un joven se acerco a mi, con mirada dulce y voz reconfortante, se ofreció a ayudarme y yo escondí mis alas, tan ingenua fui, el joven era igual a los demás, vanidoso, egoísta, mentiroso, todo un humano, yo torpemente me deje enamorar y cuando el se largo yo me sentí morir, las plumas de mis alas empezaron a caer, cegada por el dolor y el odio me decidí a hacer pagar a las personas por mi daño.
Jugando con los dones que se me habían otorgado, aprovechando la belleza que tenia, enamore a cuanto chico se atravesaba en mi camino, aprendí sus mañas, me comporte igual que ellos. Por las noches, a solas en aquel departamento extendía mis alas, me miraba al espejo y observaba como el color blanco se esfumaba, se volvieron grises, como si estuvieran sucias y viejas... Era la carga por todos mis actos, pero observándolas bien, creo que se ven elegantes.
Con una sonrisa camino entre ellos, atrayendo sus miradas, mi sonrisa de reina hipócrita, la perfección de mi ser, la maldad de mi corazón, todas mis armas para cobrar venganza.
De pronto todo pareció cambiar, un chico logro cautivar mi mirada, capturo mi atención, pasaron los días y yo me interesaba mas por el, la curiosidad de descubrir por que el me hacia sentir así me llevaron a acercarme a el, a iniciar una amistad, que encubría mis sentimientos.
Una noche regrese al departamento y mire el espejo, esas alas llenas de pecados, no podría permitir que el las mirara, en mi desesperación encontré la cinta con la que cubrí las ventanas para que la luz no entrara, legue mis alas y las ate, una, dos, tres, perdí la cuenta de todas las vueltas con las que escondí mis alas, terminando me levante y me mire al espejo, era humana, o quizá solo mi imagen, mis alas me dolían, me molestaba el hecho de esconderlas, pero por aquel chico haría hasta lo imposible. Por fin pude estar con el, pude sentirme viva, real, los días a su lado eran hermosos, casi olvido mi realidad ... Pero un día la felicidad se esfumo, casi tan rápido como llego. El dolor, las lagrimas... El vació inmenso de perder algo amado, trate de recuperarlo, rogué, me humille, pero nada pareció importarle... Triste, destrozada, encerrada en mi cuarto, la oscuridad reina, la molestia de una carga... No, yo no puedo estar así... Busco en los cajones, unas tijeras, comienzo a cortar la cinta, a arrancarla, duele, las plumas maltratadas inhundan la habitación, sangre, color escarlata... lagrimas y mis alas se vuelven a estirar, me levanto temerosa para ver el resultado... El reflejo es peor de lo que imaginaba, mis alas grises y maltratadas manchadas de color escarlata... Hay pequeños huecos, están horribles, no se parecen nada a las que tenia cuando llegue... El dolor de mi orgullo herido y de mi corazón destrozado me hace secarme las lagrimas, me hacen tomar el maquillaje que mi piel nunca necesito, sombra negar, labios rojos y mi piel pálida, alise mi cabello y me visto de negro para salir, una noche donde la ciudad no duerme, donde los humanos aprovechan para desatar sus mas bajos instintos, infieles, mentiroso y embusteros... Entre ellos avanzo con mirada fría y seductora, sin importarme que dicen de mi, camino con la frente en alto... Es hora que el juego regrese, tiene que pagar por sus pecados, que me importa si en el cielo no hay lugar para mi... Nunca lo necesite, este es mi hogar, la cuna del pecado... Camino, avanzo, destrozo corazón... Mi redención la encontré, soy un ángel caído, soy un ángel con alas rotas...
Hatsuki Sterling, Doncella de la Noche Eterna.
Love me, Kiss me, Bite me... ♥
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